La indumentaria popular, que forma parte del patrimonio histórico y cultural de un pueblo, refleja claramente su identidad. El traje que hoy consideramos tradicional de una zona o un lugar, en tiempos pasados, formó parte de los distintos momentos de la vida cotidiana: del trabajo, el ocio, la religiosidad y las supersticiones del hombre, desde su nacimiento hasta la muerte. Hoy su uso ha quedado reducido a determinadas celebraciones que se suceden a lo largo del año.

En la provincia de Salamanca, destaca la Sierra de Francia, por la riqueza ornamental y diversidad de trajes que se muestran en algunas localidades, sin olvidar los peinados, tocados, calzados o aderezos de joyas que sirven como complemento del vestir festivo. Guardan todos ellos una simbología y un lenguaje ya olvidado, en muchos de los casos, como el estado de mocedad, matrimonio o viudedad, que reflejan los denominados de zagalejo, de vistas o de ventioseno.


Entre todos los trajes serranos, destaca el conocido como Traje de Vistas, utilizado en la ceremonia de la boda, que se ha erigido como el más emblemático y representativo de la Sierra de Francia. Considerado como el más antiguo de la indumentaria salmantina, su influencia oriental se muestra en la hechura de sus prendas y en la profusa joyería formada por grandes collaradas de plata y coral.

«Vistiendo la esencia de la Sierra de Francia»