El medio geográfico, el clima y la disponibilidad de los materiales de construcción son algunos de los factores que condicionan la arquitectura popular de un determinado lugar. 

En el mundo rural aún perviven algunos ejemplos de unas técnicas constructivas heredadas, de épocas pasadas, como se puede observar en los pueblos de la Sierra de Francia.

Son viviendas adaptadas al medio y a las necesidades económicas de sus moradores donde convive la mampostería con el entramado. 

Con una pretensión decorativa y en ocasiones para proteger los muros exteriores, algunas fachadas muestran la técnica del esgrafiado, que consiste en aplicar un revestimiento formado por varias capas de distintos colores sobre el que se dibujan, mediante incisiones, diversas cenefas geométricas, imitaciones de sillares y ladrillos o motivos de fauna y flora habituales en los diseños textiles serranos. 

El esgrafiado que, mediante la impronta de artífices anónimos, embelleció en tiempos pasados el patrimonio arquitectónico del mundo rural aún se puede contemplar en algunos pueblos de la Sierra de Francia como  Las Casas del Conde,  Cepeda, Herguijuela de la Sierra, Miranda del Castañar, Mogarraz, Monforte, San Esteban de la Sierra o Sequeros entre otros.