VINO
Comenzamos el recorrido por la Denominación de Origen Protegida Sierra de Salamanca, cuyas bodegas elaboran sus vinos a partir de variedades autóctonas como la rufete y la rufete blanca, aunque también se emplean otras como calabrés y aragonés. La singularidad de los viñedos y la tipicidad de los suelos en los que se sitúan y que además se cultivan mayoritariamente en heroicos bancales, ubicados en altitudes muy dispares salvando grandes desniveles, dan lugar a vinos realmente únicos, elegantes, expresivos, vibrantes, frescos, muy gastronómicos y con una apasionante personalidad, que han conseguido altísimas puntuaciones en las guías especializadas más importantes a nivel nacional e internacional.
JAMÓN Y EMBUTIDOS
El jamón y los embutidos ibéricos gozan de un gran prestigio y, además de formar parte de algunas recetas tradicionales como el limón serrano, permiten disfrutar de la autenticidad del rey de la dehesa en su máxima expresión, cuando se degustan al natural y despojados de artificios. Las particulares condiciones de curación y el oficio de los maestros chacineros propician que en la Sierra de Francia se elaboren chorizos, salchichones, lomos, lomitos, lenguas y otros tantos embutidos ibéricos de una categoría extraordinaria.
ACEITE
La Sierra de Francia, mantiene una apasionante tradición oleícola que ha sido el sustento de numerosos habitantes locales a lo largo de los años. En encantadores enclaves como Herguijuela de la Sierra, Lagunilla, Garcibuey y Sotoserrano, el arte de la producción de aceite se convierte en un noble oficio arraigado en la vida cotidiana.
Este singular entorno contribuye a la creación de aceites de oliva que destacan por su calidad y sabor distintivos, convirtiendo la producción de aceite en un elemento esencial de la vida y la cultura de la Sierra de Francia. Los visitantes tienen la oportunidad de explorar esta tradición, degustar aceites excepcionales y descubrir la belleza natural que rodea a estos olivares, creando así una experiencia turística inolvidable.
QUESO DE CABRA
No podemos olvidarnos de los turófilos, que podrán degustar los maravillosos quesos de cabra que se producen en el entorno de la sierra, saboreando así algunos de los lácteos más exclusivos de la provincia, dada su pequeña y cuidada producción
SETAS
Las setas tampoco faltan a su cita con la gastronomía de la Sierra de Francia: los codiciados boletus, los suculentos níscalos, las deliciosas setas de cardo o las exclusivas amanitas cesáreas brillan en las mesas de los restaurantes en plena temporada.
FRUTAS Y FRUTOS
Las frutas y frutos tienen gran presencia en la gastronomía de la Sierra de Francia. Principalmente las cerezas, fresas, melocotones, manzanas, peras o los higos serranos. Y por supuesto frutos de otoño como las castañas y los madroños.
CARNES FRESCAS
Las carnes frescas son otra de las estrellas de la gastronomía de la Sierra de Francia. Entre ellas destacan especialmente el cabrito, el cochinillo, el cerdo ibérico y la ternera. Cocinadas en múltiples variantes entre las que destacan su asado en la brasa, los guisos tradicionales y por supuesto el cochifrito.
MIEL
Las magníficas condiciones para la producción de mieles puras hacen de la Sierra de Francia el gran productor a nivel nacional. Mieles con una calidad excelente desde el punto de vista organoléptico y con una amplia gama de variedades debido a la imponente floración con la que cuenta la zona: encina, tomillo, cantueso, brezo o castaño entre otros. Además de sus aplicaciones gastronómicas, sus innumerables propiedades las hacen –junto al polen- un alimento muy saludable.